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La salud mental sigue siendo muchas veces un tabú. No siempre resulta fácil para quien padece alguna enfermedad mental buscar apoyo y consejos. La pandemia ha contribuido a visibilizar estos trastornos, pero aún queda camino. Además, esta situación ha tenido consecuencias directas trayendo nuevos conceptos como la fatiga pandémica.
Desde el mostrador de la farmacia, como para muchos otros profesionales de la salud, la realidad es que cuesta saber cómo abordar el paciente con trastornos como la ansiedad, depresión… y más con patologías más complejas como la esquizofrenia o los trastornos bipolares.
La buena noticia es que el farmacéutico puede hacer mucho por la salud mental de los pacientes. Es el agente sanitario más cercano a la población, actuando desde más de 22.000 farmacias que están siempre accesibles.
Y ¿Qué puede hacer el farmacéutico por la salud mental? First things first ¿cuál es el mayor atributo de la farmacia? El consejo. Su consejo profesional, cercano y de confianza. En casos de salud mental, este valor incluso toma una dimensión aún mayor.
En este tipo de patologías es importante acompañar con una escucha activa, y sobre todo, tener una atención más humana. Es decir, aplicar una buena dosis de inteligencia emocional, sensibilidad psicológica o empatía.
Y qué hacer de más que no hagas habitualmente en este sentido… Pues puede ser buena opción generar sinergias con otros agentes. Colabora con gabinetes de psicología, centros de yoga, meditación y terapias de grupo… ayudarás a tu paciente a recibir un acompañamiento más integral.
También es importante conocer el entorno para darle soluciones que pueden tener a su alcance. Informar de los números gratuitos de atención psicológica, o sobre asociaciones del barrio o próximas para personas que no puedan costearse una asistencia psicológica privada.
Y para romper barreras, visibiliza estas patologías en el punto de venta y los recursos con las que cuenta el paciente. Facilitarás que te cuente sus dudas, dejando los tabús de lado.
Más allá, dentro de las enfermedades mentales puedes abordar diferentes niveles de atención farmacéutica. Por un lado, los trastornos comunes y prevalentes, como insomnio, ansiedad o depresión; o aquellos en los que el tratamiento requiere de un médico o especialista, como migrañas, ictus, Alzheimer o Parkinson.
Otros casos para el abordaje desde la farmacia son los que son de índole psiquiátrica complejos, como esquizofrenia, trastorno maniaco, trastorno bipolar,… o las adicciones, al alcohol o a otras drogas.
En todos ellos, hay un ingrediente fundamental a aplicar, una actitud proactiva y alerta, que facilite derivar cuando sea necesario y que refuerce el foco en:
Por último, un equipo preparado vale por dos. Recuerda que para poder ofrecer la mejor atención en todos los casos de salud mental, la formación sigue siendo imprescindible. Que todo el equipo se forme, no solo en patologías sino en técnicas de comunicación o de escucha activa, ayudará a dar el mejor acompañamiento al paciente.