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Cuando investigamos en salud, ganamos todos. Así lo piensa también el jurado de los premios Princesa de Asturias, que ha premiado a los impulsores de las vacunas COVID-19 aprobadas hasta ahora.
Así, Katalin Karikó (bioquímica), Drew Weissman (inmunólogo), Philip Felgner (inmunólogo), Ugur Sahin (médico), Özlem Türeci (médico), Derrick Rossi (biólogo) y Sarah Gilbert (vacunóloga) han sido reconocidos con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2021. La candidatura fue propuesta por Peter Lawrence, premiado en el 2007 y se ha impuesto ante 48 propuestas.
Y es que, seguramente, nadie puede cuestionar que las vacunas de la COVID-19 son uno de los hechos científicos, sino el hecho, más importante del año. Han contribuido a hacer frente a una pandemia mundial, y además… ¡en tiempo récord!
Seguramente hay que volver a revisar el calendario para tomar consciencia de este logro. Volviendo a primeros del año 2020, este empezó con noticias que llegaban de China sobre unas neumonías atípicas en la ciudad de Wuhan.
Luego aquello que parecía lejos, se fue acercando hasta que en el mes de marzo todos nos tuvimos que adaptar: Estado de alarma, confinamiento estricto y medidas de seguridad pasaron a formar parte del día, mientras las cifras no paraban de subir.
Pero la investigación y la ciencia – afortunadamente – no se paran. Y paralelamente se pusieron manos a la obra. El objetivo común: frenar la expansión del nuevo coronavirus.
El resultado es que en noviembre, 11 meses después, Pfizer anunciaba el 95 % de eficacia de su vacuna. La Organización Mundial de la Salud la autorizaba a finales de año. Una meta que también han conseguido Moderna, Astrazeneca y Jansen, por ahora.
Un récord nunca conseguido. Pues ha tenido que llegar una pandemia para que el mundo vea una vacuna más rápida que la que consiguió el doctor Maurice Hilleman contra las paperas y que le costó desarrollar cuatro años entre 1963 y 1967.
Un esfuerzo de la ciencia y de los investigadores gracias al que hoy en España ya hay 15.894.800 personas con pauta completa, el 40,96 % de las administradas. Una cifra que sigue subiendo, porque cuando investigamos en salud, ganamos todos.