Cáncer de mama: cómo intervenir desde la farmacia

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Una de cada ocho mujeres tendrá cáncer de mama en algún momento de su vida. Se trata del tumor maligno más frecuente en la mujer, con más de 32.000 casos diagnosticados cada año en España.

 Los tratamientos cada vez más eficaces y la detección precoz gracias a los programas de cribado han permitido reducir de forma muy considerable la mortalidad, de manera que actualmente se curan alrededor del 90% de los casos. Sin embargo, esto depende del tipo de tumor, puesto que hay unos más agresivos que otros, y sobre todo del estadio en que se encuentre en el momento del diagnóstico.

Para que te hagas una idea más precisa, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) subraya que si el cáncer de mama se diagnostica en estadio I, cuando está más localizado y menos desarrollado, la supervivencia a 5 años supera el 98%; pero si se diagnostica en estadio IV, cuando ya se ha diseminado a otras partes del organismo, es tan solo del 24%. Por tanto, pese a los importantes avances terapéuticos, sigue siendo la primera causa de muerte oncológica entre las mujeres españolas, con más de 6.000 fallecimientos cada año.

Gracias a los nuevos avances en tratamiento y detección precoz, actualmente se curan en España alrededor del 90% de los casos de cáncer de mama

Cuál es tu papel como farmacéutico frente al cáncer de mama

Como profesional del ámbito de la salud y gracias al contacto directo que tienes en el día a día en la farmacia, puedes ayudar a los pacientes oncológicos de distintas maneras:

  • Prevención. Tu proximidad con tu paciente hace que tengas un papel clave en la prevención y el consejo de buenos hábitos. Aunque las causas del cáncer de mama no estén tan claras, sí que se han identificado diversos factores de riesgo -que puedes ver en el cuadro adjunto-. Evidentemente, se citan algunos sobre los que no puedes actuar, pero hay otros modificables sobre los que puedes hacer recomendaciones: el exceso de peso, el consumo de alcohol o el uso de tratamiento hormonal. En cualquier caso, tu labor es esencial a la hora de divulgar estos conocimientos y concienciar a tus pacientes sobre la gran importancia de prevenir y detectar cuanto antes esta enfermedad.
  • Concienciación. A través de campañas que hablen de su impacto e incidiendo en la sensibilización acerca de la importancia de participar en los programas de detección precoz. Por ejemplo, a través de las distintas campañas que tienen en marcha las administraciones sanitarias sobre la realización de mamografías, que ayudan a la detección precoz y, en consecuencia, a salvar vidas.
  • Detección. Mediante acciones como talleres de autoexploración mamarias, el punto de partida para detectar posibles alteraciones.
  • Seguimiento del tratamiento. Como experto en el ámbito del medicamento, tu consejo es altamente valioso. Es cierto que la mayoría de fármacos para tratar el cáncer de mama son de dispensación hospitalaria, pero tu conocimiento acerca de sus características, sus efectos secundarios o sus interacciones con otros productos puede ayudar a resolver muchas dudas de las pacientes. Asimismo, algunos medicamentos se dispensan en la oficina de farmacia, caso de ciertos fármacos hormonales, que suelen recetarse al principio del tratamiento o después de haber recibido quimioterapia. Es crucial que ofrezcas consejo sobre un uso correcto. Del mismo modo, desde tu farmacia también puedes aconsejar y dispensar productos que ayuden a tus pacientes a paliar posibles efectos adversos del tratamiento que reciben. Cuidar la piel de quienes están en radioterapia o mejorar el apoyo nutricional de las personas que reciben tratamientos de quimioterapia. Para ello es imprescindible la formación continuada en farmacología con el fin de que puedas ofrecer una rigurosa y adecuada atención a tus pacientes.

 

Los principales factores de riesgo, son…

  1. La edad. El riesgo aumenta cuantos más años tenga la mujer.
  2. La historia personal de cáncer de mama invasivo. Aquellas mujeres que ya han tenido uno tienen más probabilidades de desarrollar un nuevo tumor en la otra mama.
  3. La historia personal de enfermedad proliferativa benigna de la mama.
  4. La historia familiar. Mayor riesgo si ya lo ha padecido algún familiar de primer grado (madre, hija o hermana).
  5. Las mutaciones genéticas. Sobre todo en los genes BRCA1 y BRCA2, aunque también se han identificado otros.
  6. Una densidad mamaria elevada en las mamografías.
  7. Factores reproductivos. Tienen mayor riesgo las mujeres que no han dado a luz, las que tuvieron una primera menstruación temprana o las que entraron más tarde en la menopausia.
  8. La terapia hormonal sustitutiva. Se ha observado que este tratamiento incrementa el riesgo, lo mismo que el empleo de una combinación de estrógeno y progesterona tras la menopausia.
  9. Exposición a radiaciones ionizantes. Sobre todo durante la pubertad.
  10. Consumo de alcohol.
  11. Obesidad.

¿Qué tipos de cáncer de mama son los más frecuentes?

El Grupo de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) explica que, en función de su frecuencia y morfología, destacan tres tipos:

  • Carcinoma ductal invasivo o infiltrante. Se origina en las células epiteliales que revisten el interior de los conductos galactóforos, los que transportan la leche hasta el pezón durante la lactancia materna. Es invasivo o infiltrante cuando se ha extendido hasta los tejidos de la mama que rodean tales conductos y tiene capacidad para generar metástasis en otras partes del cuerpo. Es el tipo de tumor mamario más frecuente y representa alrededor del 80% de todos los casos.
  • Carcinoma lobulillar invasivo o infiltrante. En lugar de originarse en las células de los conductos galactóforos lo hace en los lobulillos, las glándulas donde se produce la leche. Igual que el anterior, ya se ha extendido a otros tejidos y puede diseminarse a otras partes del organismo. Representa alrededor del 5% de los casos.
  • Carcinoma ductal in situ. Se origina en las células de los conductos galactóforos, pero todavía no se ha extendido a otros tejidos de la mama. No obstante, debe tratarse para que no se convierta en un carcinoma invasivo. Entre el 15 y el 20% de los diagnósticos corresponde a este tipo de tumor.
  • Otros tipos. Menos frecuentes que los anteriores, el GEICAM menciona el carcinoma inflamatorio de la mama, el carcinoma lobulillar in situ, la enfermedad de Paget de la mama y el cistosarcoma filoides.

 

Clasificación del cáncer de mama en subtipos moleculares

Por otro lado, en los últimos tiempos también ha adquirido gran importancia la clasificación en subtipos moleculares. En este contexto, se estudia si las células tumorales tienen receptores para hormonas (estrógeno y progesterona) que favorecen el crecimiento tumoral, lo que se conoce como tumores RH positivos (RH+) para diferenciarlos de aquellos que no responden a dichas hormonas (RH-). Otro parámetro molecular es el receptor del factor epidérmico tipo 2 (HER2), cuya presencia indica una mayor agresividad del cáncer. Finalmente, también se emplea el marcador de proliferación celular Ki67, que sirve para calcular el porcentaje de células que se están dividiendo en el momento del diagnóstico.

Esos parámetros permiten a los oncólogos conocer mejor cómo pueden progresar los distintos tipos de tumores y predecir cómo un paciente responderá a los distintos tratamientos disponibles. Fruto de estas investigaciones, el camino está cada vez más despejado para incrementar las tasas de curación y que algún día podamos afirmar que la mortalidad por cáncer de mama es algo excepcional.

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