Papel de la farmacia en la deshabituación del tabaco
Una de las consultas más frecuentes en el mostrador es de paceintes que quieren dejar de fumar y necesitan ayuda de un profesional sanitario que los guíe en todo el proceso de deshabituación de la nicotina.
¿Cuál es el primer paso que tiene que hacer el paciente para dejar de fumar? Estar motivado y seguro de su decisión. Si el paciente no está seguro de que quiere dejar de fumar, aunque empiece el tratamiento, la probabilidad de que lo abandone será elevada.
¿Cómo podemos saber si el paciente es apto para empezar el tratamiento?
Test de Fagerström: para detectar cuál es el nivel de adicción al tabaco y los hábitos del fumador.
Test de Richmond: para saber cuál es el nivel de motivación del paciente para dejar de fumar.
Estos test nos servirán para saber si el paciente será capaz de hacer un tratamiento de deshabituación con éxito y que tratamiento le podemos ofrecer des de la farmacia según la dosis de nicotina a la que esté habituado.
Recordar que la nicotina es la sustancia del tabaco que produce adicción, pero es la combustión del tabaco lo que produce futuros problemas de salud más graves.
Desde la farmacia comunitaria podemos dispensar productos de terapia de sustitución de nicotina en diferentes formatos como son los comprimidos bucodispersables, chicles, parches y espráis bucales. Se trata de productos a base de nicotina que se libera de manera prolongada, eso produce que los niveles de nicotina en sangre sean estables y, por lo tanto, que disminuya la necesidad del paciente por fumar seguidamente.
El formato del producto que se utilizará en el tratamiento dependerá del grado de dependencia a la nicotina que tenga el paciente y, sobre todo, de la comodidad que le suponga a él, de este modo nos aseguraríamos de que el cumplimiento del tratamiento sea más alto. Si la dependencia es alta, se pueden combinar dos productos, por ejemplo, parches y espray bucal.
La farmacia tiene un papel fundamental en el acompañamiento del paciente en su proceso de deshabituación del tabaco. Nos tenemos que asegurar que el paciente se adhiere bien al tratamiento y, estar alerta de posibles efectos adversos y recaídas que se puedan dar.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "entre 2 y 12 semanas, mejora la circulación y aumenta la función pulmonar. De 1 a 9 meses, disminuye la tos y la dificultad de respirar. En un año, el riesgo de cardiopatía coronaria se reduce un 50% con relación al de un fumador. En 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón disminuye hasta ser la mitad del de un no fumador. En 15 años, el riesgo de cardiopatía es el de un no fumador".
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